lunes, 21 de julio de 2008

Sobró media hora


Durante la actual Copa Libertadores el Xeneize nunca llegó cómodo a jugar la revancha, que por clasificación le tocó siempre de visitante, en Octavos victoria por la mínima en la Bombonera ante Cruzeiro (2-1) donde el empate favorecía pero si los brasileros metían un gol había que meter dos para pasar, después dos empates en dos goles ante Atlas y Fluminense que obligaban a ganar o por lo menos anotar la misma cantidad de goles en condición de visitante. Como sabemos al Atlas se despachó con una goleada histórica en el Jalisco pero el Fluminense dejó de lado el "jogo bonito" brasilero y salió a evitar que Boca convirtiera. Durante los primero 45 minutos lo consiguió en base a otra gran actuación de su arquero y un cerrado trabajo defensivo, tan retrasado jugaron que Migliore casi que no tuvo contacto con la pelota. Para la segunda mitad Ischia tuvo que acelerar un cambio, la lesión de Vargas sacaba al colombiano de la cancha y el D.T. tratando de no cambiar el dibujo inicial dispuso el ingreso de Pablo Ledesma, en principio dió resultado ya que el tra´mite del partido siguió como si nunca se hubiesen ido al descanso, Palacio tremendo e imparable, Battaglia león como siempre, Palermo corriendo, mostrando a los más pibes como es esto de jugar en Boca y Riquelme que sin estar en su plenitud física trataba de inquietar con algún pelotazo marca registrada. No se había jugado el cuarto de hora final cuando el gran goleador Xeneize le daba la clasificación para jugar otra vez la final ante la Liga de Quito, otra vez Martín Palermo demostraba su vigencia impulsando la pelota con su cabeza al fondo de la red. Boca acariciaba otra hazaña copera, parecía agregar otra página de gloria a su historia, incluso después del gol fué en busca de la diferencia que liquide la serie, pero esta vez no pudo ser, lo mereció, lo buscó, pero su rival ligó y mandó adentro las que Boca mandó afuera, fué superior en cantidad de situaciones de gol, en poseción de pelota en los dos partidos pero esta vez le tocó a los brasileros festejar. Un empate rápido con un tremendo tiro libre que dejó pagando a Migliore y lo dejó sin la posibilidad de tomarse revancha por el error que posibilitó el empate en Buenos Aires.
Con ese empate el Flu clasificaba por haber anotado dos goles de visitante, Boca sin desesperarse pero sin detenerse fué en busca de la final. Con orgullo de Campeón corrió, peleó y jugó por otra final y aunque siempre duele perder, el Campeón se retira de esta Copa entre los cuatro mejores y con la frente bien alta, sabiendo que la explicación que se puede encontrar, más allá de algún error defensivo u ofensivo, es simplemente que esta vez no nos tocó, pero también teniendo bien en cuenta que este equipo no fracasó.
Hasta el año que viene querida Libertadores, te prestamos un ratito, pero sabés que en el lugar que más se te quiere y cuida es en La Bombonera, y seguro nos vas a extrañar como nosotros a vos.

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