viernes, 9 de mayo de 2008

Las cosas como son


El templo del fútbol se vestía de fiesta, se volvían a enfrentar Boca y River en lo que de por sí es un evento que paraliza al país, la previa mostraba a River llegando compartiendo la punta del campeonato con Estudiantes y sabiendo que el "Pincha" había perdido su partido por lo que una victoria lo encumbraba en soledad, Boca a cuatro puntos tenía que descontar esa ventaja para no alejarse aún más de su eterno rival en la lucha por el torneo. El gallinero llegaba también con una racha de tres años sin derrotas ante el Xeneize, claro que en ese tiempo hubo un par de empates festejados como un triunfo por la forma en que se dió el trámite del partido. Ambos también se encontraban después de una semana de Copa en la que River cayó ante San Lorenzo por 2 a 1 en el Nuevo Gasómetro y Boca le ganó al Cruzeiro por el mismo resultado en este mismo escenario y con la revancha por jugar después del superclásico.
En los primeros minutos trataron de mostrar sus mejores cartas, de no dejar pensar al rival y ahí empezó ganando Boca, la defensa se mostró más sólida, más acomodada mientras en el medio la figura de Battaglia empezaba a engrandeserse más adueñándose casi en exclusividad de la media cancha en la que el "Cholo" Simeone había planteado un esquema ofensivo con tres volantes ofensivos y un punta neto que por momentos pareció funcionar sobre todo cuando se juntaban Buonanotte y Ortega tratando de ganar la espalda del 5 Xeneize. Por el lado de Boca al que le estaba costando un poco entrar en ritmo (tal vez por la inactividad debido a las lesiones) era a Pablo Ledesma, aunque con el correr de los minutos se acomodó un poco mejor y terminó teniendo un correcto partido, Riquelme no mostraba su mejor fútbol pero se las ingeniaba para hacer jugar al resto y Dátolo se mostraba algo impresiso pero con su incansable ida y vuelta complicaba en cada subida. No se habían acercado con riesgo a ninguno de los arcos hasta que en una contra Palermo habilita a Palacio que entrando en velocidad no puede ganarle el mano a mano a Carrizo y la pelota termina en el corner. De ese tiro de esquina llegaría el único gol del partido, Riquelme demostrando otra vez que cuando las piernas no responden se puede emplear la inteligencia lo llama a Palacio para que se acerque a él, pensando en un posible corner corto dos defensores se van con "La Joya" y de esa manera el area quedaba menos poblada, el centro perfecto de Román encontró un no menos perfecto cabezazo de Battaglia que le cruzó el disparo a Carrizo ganándole a su marcador en el salto y ponía las cosas 1 a 0.
Además de mostrar un mejor juego colectivo, el equipo de Ischia mostraba mucha más actitud que su rival, ésa actitud que se le había reclamado en el último clásico. Con el esquema de siempre Boca se mostraba más efectivo que River en su intento por jugarle por abajo a una defensa que se sabe que no pasa por un buen momento, el medio de buen pie y rápido que había pensado Simeone se fué diluyendo de a poco sobre todo después de que el Seba Battaglia "atendiera" al enano Buonanotte del que ya no se tuvieron noticias hasta su reemplazo.
Para el segundo tiempo se esperaba el ingreso de Abreu para darle más prescencia en el area pero no ocurrió hasta los veinte minutos, el Campeón de América le tiraba encima todo su oficio y estaba más cerca de Carrizo haciendo de Caranta un espectador de lujo, Dátolo hacía de las suyas mientras Palacio enloquecía en cada pique, en cada ataque temblaba la defensa visitante, promediando la media hora empezaron los problemas para Ischia, Riquelme dejaba la cancha lesionado y a los pocos minutos lo seguiría Morel Rodriguez pero el partido era de Boca, la única que tuvo el visitante fué un cabezazo de Abreu que salió apenas arriba y nada más.
El Xeneize festejó un triunfo justo que lo vuelve a poner a tiro de la punta poniendo en su lugar al hijo que se estaba creyendo eso de que el padre ya no le ganaría más y pensando en una grandeza que siempre fué virtual. Boca mostró su superioridad en juego, jerarquía y se quedó con el triunfo mientras River no hizo nada, ni siquiera para empatar, en definitiva las cosas como son: nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán.

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